jueves, 5 de agosto de 2010

Una sala de espera, una alegría, un dolor...



Sentado en la sala de espera me encuentro hoy, tal vez con la carga de nostalgia que existe en el ambiente de dolor, de sufrimiento que hay en este momento a mí alrededor… Es increíble como puede ser tan complicada una sala de espera, ¿Pero que esperamos? ¿Que se espera en un hospital?... La alegría de un ser que se ha salvado, o el dolor de un ser que se fue sin decir adiós… esta es la sala de espera donde varias personas esperan el alivio del dolor, la justificación de la vida, la sanación del cuerpo, la espera de un nuevo ser que ya nació, tal vez la motivación de seguir luchando contra el dolor, contra la enfermedad.

En un hospital es como el cielo, no existen clases, no existe diferencias… la enfermedad y la muerte son las únicas cosas que el ser humano no puede dividir con el dinero, pues tanto ricos y pobres, tan clase obrera como la clase alta de una sociedad pueden padecerla, sentado en la sala de espera veo una mujer con traje fino esperando el resultado de una operación, mientras que enfrente de ella una mujer con vestimenta de una etnia del país espera impaciente un resultado también, que las diferencian a las dos en un hospital, la ropa, el vehículo en el que viajaron, las cuentas del banco… ¿Qué?... nada… la única diferencia de las dos es que ella tiene la ficha 5 y la otra la ficha 6 y tal vez exista la posibilidad de que una sane y la otra no…

En la sala de espera entran con desesperación buscando un familiar, tal vez desesperados por volverlo a encontrar tal y como la ultima vez lo vieron, que triste es encontrar tan solo cuerpos vacios de vida, de alegría, de felicidad… la sala de espera de un hospital se pronuncia un nombre: Familia del paciente… y se escucha un profundo silencio, una mujer de edad alta se levanta impaciente para saber el resultado; “Señora, el paciente lo enviaron al piso 3”, de pronto llegan corriendo unas personas preguntando por un familiar que llego hace rato… “lo siento señores, el paciente en el intento por llegar falleció”… un grito desprende el alma de la familia que hace sentir la piel extraña, sentir un nudo en la garganta ante esta difícil situación.

Que separa a la muerte de la vida… nada, en un segundo podemos morir por cualquier accidente, por cualquier situación, pero es más difícil la muerte de alguien que en la agonía de su enfermedad hasta el último segundo lucho, esos son los guerreros de los hospitales, aquellos que en su lecho de muerte nunca se dieron por vencidos, lucharon contra la enfermedad como si fuera su enemigo, en medio de la batalla cayeron como héroes de su vida, como caudillos de su historia, como ejemplo de lucha por vivir un día más en esta vida…

El olor de miedo traspasa los cuerpos de las personas, ante una noticia que cambie la vida de las personas, ante la misterio del sexo del bebe, ante la notificación de los síntomas sean la enfermedad menos deseada, ante la constante salida y entrada de cuerpos, ante el dolor de los que viven en carne propia el dolor del cuerpo que ha sido lastimado por un accidente, por algo que provoco lastimar una parte de él, esta es la sala de un hospital donde héroes se convierten en villanos, donde los ángeles vestidos de blanco se convierten en demonios de tortura, donde la lógica no existe, ni las probabilidades funcionan, donde la risa es escasa y el llanto es constante, donde el roce y la pelea a cada rato se activa en cada modulo de atención, cada lugar donde exista alguien que de información; en un hospital el campo de batalla es tan grande que ni el espacio del hospital puede soportar la constante guerra que existe en medio de la gente que está el día de hoy.

El día se pasa con lentitud, el reloj camina despacio, tan despacio que las horas se hacen eternas, que los minutos se alargan, la espera es muy agónica, la desesperación confunde las almas, mientras que sonrisas abandonan el hospital en medio de un centenar de caras largas, es la sala de espera de un hospital, que en medio de esta atmosfera de miedo, de incertidumbre, de desesperación buscamos un rayo de fe, ante toda situación, esperando salir de este hospital con una notica que alegre nuestro corazón. Mientras la sala de espera estará esperando de todos los seres que alguna vez estarán en un hospital, como familiar o como paciente… tal vez como un amigo más que buscara ayudarnos a darle solución al dolor.

Algún día volveré a la sala de espera de un hospital… espero y ese día no llore yo…



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miércoles, 4 de agosto de 2010



Hola amigos



Gracias a cada una de las personas que han visitado mi Blog. La verdad estoy muy emocionado pues llegar a las 1000 vistas es para mí una gran satisfacción y un gran compromiso con ustedes para poder entregarme más por completo a mis poemas, a mis comentarios, a mis anécdotas ,mas historias, mas escritos de mi corazón para todos ustedes… muchas gracias… Este Blog no es posible sin ustedes…